

Cada día retumba más fuerte en los socavones mineros de San Juan el chisme de que los muchachos quieren dejar de jugar al club de presidentes y pasar directamente a tener un Gerente que les maneje el quilombo diario. O sea, contratar a un “CEO bombero” que apague incendios mientras ellos se sacan selfis en las convenciones mineras internacionales y toman whisky Johnny Walker, etiqueta azul.
¿Por qué? Fácil: para evitar que les caigan con los tapones de punta a los que tienen más chances de calzarse la banda presidencial. Hablamos, claro, de los grandotes de Marcelo Alvarez (Barrick-Shandong que vive en Mendoza), y Alfredo Vitaller de (BHP-Lundin que vive en Buenos Aires, es decir dos CEOs que no viven en San Juan, aparecen como los dos candidatos más serios para comprar los sanguchitos de miga para el agasajo el día que alguno de los dos sean presidentes de una Cámara SANJUANINA. Por supuesto que la minería en todo el mundo tiene intereses más grandes que el dique de Ullum en temporada alta, pero esto por lo menos sorprende.
Si prospera esta idea, sería como tirar a la basura el manual viejo de la Cámara Minera de San Juan (CMSJ) y sus parientes de otras provincias. Adiós a esos presidentes con pechito inflado, casco reluciente y sonrisa de foto institucional, que se pasaban el día figurando en actos, asambleas y almuerzos con empanadas. Todo eso pasaría a la figura del gerente que estaría a cargo de los quilombos de la diaria.
¿Todo un desafío? ¡Obvio! Aunque tampoco es que estén descubriendo oro en Gualcamayo. En Buenos Aires, la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) tiene desde hace 15 años a la salteña Alejandra Cardona haciéndola de CEO y piloteando el barco. Pero ojo, porteño no es lo mismo que sanjuanino, porque en Buenos Aires todo es verso y marketing, y acá si no salís a poner el pecho, te putean hasta los falsos proveedores mineros y hasta los falsos empresarios mineros.
¿Que funcione en Buenos Aires asegura que funcione en San Juan? ¡Ni a palos, hermano!
Porque acá está el verdadero tema espinoso: los proveedores de San Juan, que no están preparados para competir, y ya lo dijimos, enriquecidos los elegidos de siempre de años anteriores ellos, sus hijos, y sus nietos, no se meten la mano al bolsillo para modernizarse e invertir ni que les hagas oler las patas de Luis D´Elía. Esos muchachos son como los suegros en la fiesta de casamiento: sabes que en un minuto se puede dar cuenta que no viniste por la hija, sino por su guita, por el braguetazo. Seguro que te arruina el plan. Se acostumbraron a ir derechito al presidente de la cámara para decirle que para llorar sus penas, manguear soluciones, decir que el Flaco, el Sergio, y el Marcelo son esto, o son lo otro, y no le cumplieron la promesa acordada del subsidio o cualquier otra y, de paso, se cuela en alguna gira minera internacional con el pasaje y el hotel pagado por el CFI (o sea nosotros).
¿Y ahora qué? Bueno, si meten un gerente, no sería raro que terminen haciendo reuniones secretas de la comisión directiva, mientras a los presuntos «proveedores» los invitan a asambleas multitudinarias para decirles cuatro generalidades y mandarlos de vuelta a la casa sin novedades. Eso sí: sin CEOs presentes, porque el gerente nuevo va a tener que comerse todos los caos ajeno.
Por ahora, en la CMSJ dice que están en “un proceso inédito” y en “un cambio de época”. La traducción hay que pedírsela a Alejandro Colombo, que tenemos entendido, es el encargado de prensa, o a Raúl Olivera se dice encargado del marketing de la entidad. Está todo bajo control.
En estos tiempos, en la minería, señoras y señores, la única roca segura es la que todavía no la hicieron explotar… y los sanjuaninos estamos sentados esperando la macro, la micro, el rigi, y la de tu hermana, para salir definitivamente por nuestros medios a una vida mejor.