

La minera más grande del mundo, BHP, -propietaria del proyecto Vicuña en San Juan, en sociedad con Lundin- evalúa la posibilidad de reabrir cuatro minas de cobre cerradas en Arizona, el corazón de la producción de cobre en Estados Unidos. Este movimiento se produce en un contexto de cambio de políticas que favorecen la minería y una urgencia nacional en EE. UU. por asegurar el suministro de minerales críticos.
Según el director ejecutivo Mike Henry, los recientes cambios políticos en Washington han incentivado a BHP a intensificar sus esfuerzos de exploración y a reconsiderar activos inactivos en Arizona. El enfoque estaría en la región de Globe–Miami, donde la compañía también busca reprocesar los relaves de operaciones anteriores.
Entre los sitios bajo consideración se encuentra la mina Magma, que BHP adquirió en 1996 y que luego fue clausurada. La superficie de Magma ya alberga la empresa conjunta Resolution Copper, el proyecto de cobre más significativo del estado, desarrollado junto a Rio Tinto (con una participación del 55% para Rio Tinto).
Henry destacó el «impresionante nivel de ambición y urgencia» de EE. UU. para reducir la dependencia de China en el suministro de minerales esenciales. «La actitud más favorable hacia la minería y la urgencia detrás de poner en marcha la minería, es un cambio muy bienvenido», señaló.
El proyecto Resolution y el boom de la demanda
El proyecto Resolution Copper, valorado en $2 mil millones, permanece estancado por más de dos décadas a la espera de permisos finales. De concretarse, podría producir hasta mil millones de libras de cobre al año, cubriendo cerca del 25% de la demanda estadounidense.
La decisión de BHP coincide con proyecciones de un auge en la demanda global de cobre. Wood Mackenzie pronostica que la demanda se disparará un 24% para 2035, alcanzando los 42.7 millones de toneladas anuales (Mtpa).
El informe de la consultora identifica a los centros de datos (impulsados por la IA) como una variable clave e impredecible en la demanda futura. A esto se suma la transición energética y el crecimiento industrial en regiones como India y el sudeste asiático. Finalmente, el incremento del gasto en defensa en Europa, tras la invasión de Ucrania, también contribuirá a la demanda.
​En conjunto, estos factores disruptivos podrían añadir hasta 3 Mtpa adicionales a la demanda global para 2035.