

Este octubre, cuando Mina Veladero celebra 20 años de operación en la alta montaña de San Juan, uno de los cambios más visibles en el perfil laboral del yacimiento es la creciente presencia femenina. La compañía y las organizaciones locales destacan iniciativas de formación y convocatorias específicas para mujeres que, en pocos años, fueron abriendo espacios en áreas tradicionalmente masculinas de la operación minera.
Qué hacen: actividades y tipos de trabajo
Las mujeres en Veladero desempeñan tareas en distintos sectores de la operación: operaciones (como conductoras y operadoras de equipos), perforación de producción, mantenimiento, logística, servicios (cocina, hotelería y salud en campamento), áreas técnicas y administrativas. Hay testimonios de mujeres que hoy operan perforadoras de producción, camiones fuera de ruta, motoniveladoras y palas, y también ocupan roles en áreas de apoyo y gestión.
Cuántas son: cifras y tendencias
Las cifras públicas varían según la fecha, pero permiten trazar una tendencia ascendente en la participación femenina:
En diciembre de 2023 Veladero comunicó que alcanzó un 15% de empleo femenino tras varias ediciones de programas de formación específicos.
Un medio local reportó que, a mitad de 2024, había 209 mujeres trabajando de manera directa en Veladero.
Documentos sectoriales y la propia compañía reconocen convocatorias exclusivas para mujeres (por ejemplo para operar camiones fuera de ruta) que captaron entre 25 y 30 trabajadoras por edición, como parte de políticas de inclusión.
Es importante aclarar que la nómina total del proyecto también ha variado por años: informes recientes sobre el complejo (2024–2025) señalan cifras totales de empleados directos en torno a los pocos miles (entre ~3.8 y 4.4 mil, según la fuente y la fecha), con más del 90% del personal contratado desde la provincia de San Juan. Esa magnitud convierte incluso a participaciones del 10–15% en decenas o centenares de trabajadoras.
Programas y formación
Veladero implementó programas de formación para facilitar el ingreso de mujeres a la operación: cursos para conductoras y operadores de camiones fuera de ruta, capacitaciones técnicas y llamados de selección con cupos prioritarios para candidatas. Las iniciativas combinan formación práctica en altura y procesos de evaluación para que las mujeres puedan pasar a operaciones productivas (perforación, carguío, transporte). Organizaciones como la Cámara Minera provincial y redes de mujeres mineras también publican testimonios y eventos que visibilizan estas trayectorias.
Impacto en las comunidades
La inserción femenina tiene efecto directo en los departamentos de la zona (Iglesia, Jáchal y otros): aumenta la oferta laboral para hogares locales, modifica expectativas sobre carreras técnicas y genera demandas por mejores servicios de cuidado y condiciones de trabajo adaptadas (alojamiento, salud, transporte). Veladero destaca que más del 90% de su personal proviene de San Juan, por lo que la ampliación laboral para mujeres repercute en la economía local.
Barreras y desafíos
A pesar de los avances, persisten desafíos: cultura de trabajo histórica masculina, necesidad de más referentes femeninos en cargos técnicos y jerárquicos, y fluctuaciones del empleo por ciclos del mercado que afectan a proveedores y puestos indirectos. Además, datos del sector muestran que cuando los llamados no priorizan género, la participación femenina suele caer (alrededor del 5% en convocatorias mixtas en algunos estudios), por eso las convocatorias y capacitaciones exclusivas han sido clave.
A 20 años de su puesta en marcha, Veladero exhibe señales claras de transformación en la composición de su fuerza laboral: mujeres que ya operan equipos de alto porte, que ocupan puestos técnicos y que participan de programas formativos diseñados para revertir la histórica baja representación femenina en minería. Si bien quedan desafíos culturales y estructurales, las cifras y los programas recientes muestran que la mina —y la industria local— están caminando hacia una mayor inclusión.