

Desde 1941, cada 2 de septiembre se conmemora en Argentina el Día de la Industria, una fecha emblemática para resaltar la importancia del sector industrial en la historia y el desarrollo del país.
Origen histórico: un acto audaz en tiempos coloniales
Esta efeméride rememora la que se considera la primera exportación hecha desde lo que hoy es Argentina. El 2 de septiembre de 1587, la carabela San Antonio, al mando de Antonio Pereyra y fletada por el obispo Francisco de Vitoria (del Tucumán), zarpó con destino a Brasil desde el Riachuelo (puerto de Buenos Aires). Llevaba tejidos, bolsas de harina y otros productos manufacturados en Santiago del Estero, aunque también—según denunció el gobernador Ramírez de Velasco—transportaba barras de plata de Potosí de manera clandestina, prohibida por orden real .
Este inquietante cruce entre “primer exportación” y contrabando colonial convirtió a la fecha en un símbolo cargado de historia y paradoja.
Evolución industrial: del arranque colonial al mundo moderno
Con el fortalecimiento del impulso industrial en el siglo XX, el sector fue consolidando su rol estratégico en la economía nacional. Desde el auge agroexportador hasta el crecimiento de industrias alimenticias, textiles y químicas, el país fue diversificando su base productiva. La industrialización cobró más relevancia especialmente entre 1880 y 1914, periodo en el que la producción urbana comenzó a superar a la rural, impulsada además por guerras mundiales que cerraron las puertas de importación y obligaron a producir internamente.
De la conmemoración al desafío del presente
A lo largo del tiempo, el Día de la Industria fue más que una efeméride. Sirve también como momento de reflexión sobre el estado actual del sector. Una mirada reciente, por ejemplo, plantea que la industria debe reconvertirse: ya no alcanza con fabricar, sino que debe ofrecer servicio, experiencia, personalización y valor agregado que trascienda el producto en sí. La autora Paula Chmielnicki destaca que:
> “El diferencial ya no está en el qué, sino en el cómo… hoy, el verdadero valor está en el servicio que rodea al producto.”
Coincide con esto el hecho de que la producción manufacturera acumula caídas importantes, y una capacidad instalada que descendió a menos del 54 % en marzo de 2025 .
Un punto de inflexión
El Día de la Industria, entonces, emerge como mucho más que una expresión de orgullo local; es un llamado al sector para repensarse, innovar y adaptarse. La historia (incluso esa curiosa primera exportación) nos recuerda el origen humilde y audaz de nuestra industria. Pero el futuro exige capacidad de transformación, visión centrada en el cliente y atención plena al entorno global que hoy impone otros estándares.