En un desenlace digno de una novela de intriga política, Eduardo Serenellini, secretario de Prensa de la gestión Milei, dejó su cargo este martes envuelto en un mar de cuestionamientos y rumores que sacuden los cimientos del oficialismo. Serenellini, quien durante meses ocupó un amplio despacho en la planta baja de la Casa Rosada, se convirtió en una figura controvertida debido a su presunta relación con prácticas poco transparentes, como la habilitación de pagos de pauta publicitaria a medios en los que trabajó anteriormente y la promoción de decisiones gubernamentales favorables para empresas privadas.
El detonante de su salida fue una reunión privada celebrada en la Quinta de Olivos en la que, según trascendió, Serenellini presentó su renuncia argumentando “motivos personales”. Sin embargo, fuentes cercanas al poder revelaron a la prensa que esta decisión no fue tan voluntaria como el propio Serenellini quiso hacer creer. Detrás de su partida estaría la mano férrea de Karina Milei, hermana del presidente y conocida en los pasillos del poder como “El Jefe.”
El abismo: cómo lo empujaron a la renuncia
Según versiones que circulan en los pasillos de Balcarce 50, Karina Milei habría ordenado, a través de una comunicación oficial, que Serenellini abandonara su lujoso despacho para ser relegado a una pequeña oficina en el último piso del edificio, donde se encuentran los trabajadores administrativos y monotributistas. Este cambio, que debía ejecutarse este lunes, fue percibido como una humillación y un claro mensaje de descontento desde las altas esferas del poder libertario.
La situación de Serenellini ya era insostenible desde hacía meses. Según fuentes cercanas al oficialismo, la desconfianza de Karina hacia el ahora exfuncionario había alcanzado niveles insospechados. Los rumores sobre la presunta asignación de pauta oficial a medios afines y su supuesto interés en beneficiar a determinadas empresas terminaron de minar su credibilidad ante la cúpula libertaria.
Un ajuste de cuentas antes de 2025
La renuncia de Serenellini no es un hecho aislado, sino que forma parte de una reestructuración mayor que el Ejecutivo planea de cara a las elecciones de 2025. “Esto es solo la punta del iceberg,” aseguró una fuente anónima dentro del gobierno. “La estrategia de Milei para afianzar su poder implica deshacerse de quienes no estén alineados al 100% con su visión o que generen ruido mediático.”
Por otro lado, esta salida también expone las profundas tensiones internas en el gobierno libertario. Mientras Javier Milei mantiene un discurso público de unidad y orden, la influencia de su hermana Karina dentro del Ejecutivo parece ser determinante. Serenellini no es el primero en caer bajo la sombra de “El Jefe,” y los analistas políticos ya especulan quién podría ser el próximo en enfrentarse al implacable poder de Karina Milei.
Aunque oficialmente se habló de renuncia, el relato puertas adentro difiere drásticamente. “Lo empujaron al abismo”, confesó una fuente cercana al exfuncionario. “Le hicieron la vida imposible hasta que no tuvo otra opción más que irse. Fue una ejecución política cuidadosamente planeada.”
El futuro de Serenellini es incierto, pero su salida deja una marca indeleble en el gobierno de Javier Milei, que deberá enfrentar las críticas por la supuesta falta de transparencia en la Secretaría de Prensa. Mientras tanto, la figura de Karina Milei se consolida como el verdadero poder detrás del trono, un liderazgo que muchos califican como indispensable, pero que también genera temor y controversia.
En un contexto político cada vez más polarizado, la caída de Eduardo Serenellini es un recordatorio de que, en la Casa Rosada, no hay lugar para los débiles ni para los que no cuentan con el favor del círculo más cercano al Presidente. ¿Quién será el próximo en caer?