Suena como una amenaza, pero no lo es. Se percibe como condición, y tiene su lógica. Las empresas mineras fueron muy claras en San Juan.
Por Nestor “Roly” Olivera
En una reunión compartida entre la CAEM y la similar sanjuanina, se plantearon diversos temas preocupantes para la actividad.
Josemaría de anfitrión, no es un tema menor, con un pragmatismo interesante de Vitaller que al decir que no sabía dónde estaba la veintena de funcionarios nacionales con los que habían hablado para cambiar la realidad argentina para invertir; dejó en la mesa una realidad angustiante.
Quedó en el aire el nombre de Guzmán, aquel ministro de economía que anunció las regalías móviles, con lo que, desde la PDAC en Canadá, el Lundin Group festejaba un gran avance, y no era para menos. Se sumaba el logro en San Juan, cambiando la ley de regalías mineras y que le imputaran como pagos, las inversiones de infraestructura.
Con eso, Josemaría ya se ponía los largos y salía a jugar en primera.
Pues nada de eso pasó, y es simple: Aún no pueden presentar el proyecto de factibilidad porque si lo hacen es suicidio y expliquemos porqué.
La ley 24196 de Inversiones Mineras, establece en su artículo #8 que “los emprendimientos mineros … gozarán de estabilidad fiscal por el término de treinta (30) años contados a partir de la fecha de presentación de su estudio de factibilidad”.
Pues, si alguna empresa lo pudiera presentar hoy (Josemaría, Los Azules, etc.) sería un suicidio, porque las condiciones macroeconómicas son un desastre.
Veamos: Cepo cambiario, retenciones tope de gama, presión impositiva altísima, importaciones cerradas, etc., etc., todo en contra.
Esta realidad no es casualidad, es una constante, en esa mesa ocupada por los mandamás mineros de la CAEM, fue un movimiento de cabeza asintiendo, cuando les dije que este gobierno es hipócrita, cuando levanta muy alto la mano local al decir que la Minería es Política de Estado, pero a la hora real de defenderla se esconde y se olvida del brazo levantado en la Tierra Huarpe; los ejemplos abundan: Ley de Glaciares, resoluciones AFIP que matan a los proveedores mineros, retenciones, sin dólar minero, y el proyecto de ley de humedales fue el fiel reflejo; tuvo que nacer una genialidad operativa nacida en JxC para que se detuviera su segura sanción, en tanto los Pejotistas nada hacían para detenerla.
Hipocrecía al mayor nivel.
Se exceptúan los movimientos y el accionar del actual ministro, que en todo momento trató de actuar, pero no llegaba al nivel de decisión. De todas maneras, lo de Astudillo es una gestión destacable, hizo todo lo que debía hacerse, pero no alcanzó.
Esta realidad es la minería sanjuanina, que también incumple la ley de estabilidad fiscal al aplicar nuevos impuestos disfrazados de fondos fiduciarios, que le permitió a los intendentes abusar del uso del dinero para cortar cintas que no provocan un estado futuro cierto para sus ciudadanos, una irresponsabilidad a las claras.
Estoy de acuerdo en estos fondos, pero la gestión debe hacerse de otra manera, con mayor responsabilidad transgeneracional y no con visión electoralista, la mirada chata de los intendentes del norte sanjuanino.
Esta es la verdad que encontrará un nuevo gobierno.
Una mina en caída productiva como Veladero, y trabajos de “sostenimiento” de Josemaría y Los Azules, avances de exploración de tantas otras; pero ninguna que esté lista para construir campamento y producir.
Las condiciones no están para eso. Hay que decirlo para que los sanjuaninos no se sorprendan, pero si es bueno que los empresarios repitieran al unísono que “somos optimistas, porque sabemos que la Minería le puede dejar mucho al País, estamos listos para la gran inversión para la producción”, y allí se sintieron muy fuertes las voces de Vitaller y Meding; los dos jugadores de primera en San Juan, un buen dato y un gran gesto para San Juan.
La única verdad es la realidad, por eso, si no cambian, no habrá minería.
Hablemos en Serio.