
La intendente de Chimbas, Daniela Rodríguez, expresó un contundente desacuerdo con la sanción del Presupuesto Municipal 2026, aprobada esta semana por el Concejo Deliberante, y advirtió que la decisión marca un punto de no retorno en el vínculo político institucional dentro del departamento. La controversia se originó a partir de la asignación de casi el 12% del presupuesto total, calculado en alrededor de 4.000 millones de pesos, al funcionamiento del cuerpo legislativo, una proporción que desde el Ejecutivo consideran excesiva y sin justificación técnica.
Rodríguez sostuvo que la votación dejó en evidencia una ruptura definitiva en los canales de diálogo. “Cuando se corta la posibilidad de conversar, no hay margen para recomponer nada”, afirmó, al tiempo que cuestionó el aumento de fondos destinados al Concejo y la actualización de las dietas de los ediles, a lo que calificó como una intromisión directa en las atribuciones del Ejecutivo, legitimado según remarcó, por el respaldo ciudadano en las urnas.
Si bien evitó hacer referencias directas, la intendente dejó entrever que el exjefe comunal Fabián Gramajo mantiene influencia sobre el bloque Chimbas Te Quiero, sector que fue clave para alcanzar la mayoría necesaria. La aprobación del presupuesto se dio a partir de un acuerdo transversal que involucró a concejales del peronismo, Cambia San Juan y La Libertad Avanza, una convergencia que, a criterio de Rodríguez, responde a intereses políticos y no a las necesidades del municipio.
En esa línea, la jefa comunal advirtió que el objetivo real de la maniobra es retener recursos para su uso discrecional, afectando partidas que deberían destinarse a obras y servicios para los vecinos. “Hoy no se puede hablar de oficialismo”, afirmó, al reconocer que el espacio político que la llevó a la Intendencia se encuentra profundamente dividido.
Desde el Ejecutivo municipal indicaron que el conflicto es el resultado de una relación deteriorada desde hace meses. De acuerdo a lo que expresó la propia Intendente, durante gran parte de 2025 el Concejo Deliberante mostró escasa actividad legislativa, sin iniciativas de peso y con una aprobación mínima de instrumentos clave, como el balance correspondiente a enero. Para la Intendencia, esta actitud formó parte de una estrategia de presión financiera contra la gestión municipal, que ahora se cristaliza en la distribución del presupuesto para el próximo año.
«Me he visto avasallada y abusada en mis derechos porque con este presupuesto, ellos se subieron el sueldo y me lo subieron a mi sin mi consentimiento, dejándome expuesta», cerró con firmeza.
















