
Cada 28 de octubre, Argentina celebra el Día del Trabajador Minero, una fecha que conmemora la creación de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA), fundada en 1953 y que este año cumple 72 años de vida. Esta jornada no solo invita a reconocer el esfuerzo, la dedicación y el compromiso de quienes día a día impulsan la minería nacional, sino también a reflexionar sobre los cambios profundos que atraviesa el sector, entre ellos, el creciente protagonismo de la mujer minera.
El trabajo en las minas siempre fue sinónimo de sacrificio, fortaleza y perseverancia. En cada yacimiento del país, hombres y mujeres sostienen una actividad que, además de representar uno de los pilares de la economía argentina, enfrenta el desafío de desarrollarse con un compromiso creciente hacia la sostenibilidad ambiental y el bienestar social. Detrás de cada tonelada extraída, de cada proceso innovador o de cada mejora tecnológica, hay historias de esfuerzo silencioso, de superación y de orgullo por pertenecer a una industria que no se detiene.
En este contexto de transformación, el rol de la mujer minera emerge con fuerza, especialmente en San Juan, una de las provincias con mayor desarrollo del sector. Cada vez son más las mujeres que asumen posiciones estratégicas y operativas, derribando estereotipos y aportando una mirada renovadora que combina innovación, sensibilidad social y gestión sustentable. Su participación ha demostrado ser fundamental para fortalecer la eficiencia de los equipos, fomentar ambientes laborales más equitativos y promover prácticas más responsables dentro de las empresas.
En proyectos de gran envergadura como Veladero, las mujeres han sabido ganarse un lugar en terrenos históricamente dominados por varones. Operadoras de maquinaria pesada, geólogas, ingenieras y técnicas conviven en el día a día de la montaña, demostrando profesionalismo, disciplina y compromiso. Su desempeño ha contribuido a mejorar la cohesión de los equipos de trabajo y ha potenciado la productividad sin perder de vista el valor humano y ambiental de cada tarea.
Más allá de los espacios operativos, la presencia femenina también se destaca en los ámbitos de liderazgo y gestión. El caso de Mariana Azcona Beltrán, directora de Desarrollo Minero Sustentable del Ministerio de Minería de San Juan, es un claro ejemplo. Desde su área impulsa programas orientados a fortalecer el desarrollo educativo y económico de las comunidades cercanas a los proyectos mineros. Entre ellos, el programa de Aulas Híbridas se ha consolidado como una iniciativa modelo, al permitir que tecnicaturas de la Universidad Nacional de San Juan y de la Universidad Católica de Cuyo lleguen a departamentos como Jáchal, Calingasta, Iglesia, Sarmiento y Valle Fértil. Gracias a este proyecto, jóvenes de zonas mineras pueden estudiar sin tener que trasladarse a la capital, favoreciendo la formación de capital humano local y abriendo nuevas oportunidades para el futuro.
La incorporación femenina también está transformando la cultura del trabajo en la minería. Geólogas, ingenieras y especialistas en ciencia, tecnología y medio ambiente están inspirando a más jóvenes a elegir carreras vinculadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM), contribuyendo a reducir la brecha de género en espacios tradicionalmente masculinos. Su ejemplo es motor de cambio y demuestra que la igualdad de oportunidades no solo es una cuestión de justicia, sino también de eficiencia y desarrollo.
Aún persisten desafíos importantes, como la conciliación entre la vida laboral y familiar o la subrepresentación de mujeres en cargos de dirección. Sin embargo, el avance es innegable y, sobre todo, irreversible. Cada paso dado por una mujer minera abre camino a otras, generando un círculo virtuoso que transforma estructuras, mentalidades y realidades dentro de la industria.
En este Día del Trabajador Minero, la celebración se amplía. No solo se reconoce el esfuerzo de quienes extraen los recursos del subsuelo argentino, sino también el de quienes, con su talento y visión, están construyendo una minería más inclusiva, moderna y sustentable. Las mujeres mineras no solo forman parte de la historia del trabajo en el país, sino que están escribiendo su futuro con coraje, compromiso y esperanza.




















