

El próximo 17 de octubre, el Salón Gracia será escenario de la 37ª edición de la tradicional Cata San Juan, un evento emblemático que desde 1988 premia la calidad y la evolución de los vinos argentinos. Pedro Pellegrina, presidente del Consejo de Enólogos, destacó en diálogo con la prensa la magnitud y trascendencia de este certamen, que se ha mantenido en pie durante casi cuatro décadas, incluso en los años más desafiantes, como el período de pandemia.
“Ya tenemos los vinos premiados. Hubo una muy buena participación de bodegas, con más de 90 inscriptas y más de 380 muestras evaluadas. A pesar de la crisis, los productores apostaron nuevamente a mostrar su trabajo, y eso nos llena de satisfacción”, expresó Pellegrina, quien ha participado en todas las ediciones de la cata desde su creación.
El evento contará con la participación de profesionales y enólogos invitados de distintas provincias, entre ellos destacados jurados de Mendoza, lo que eleva el nivel técnico del certamen. Durante la noche de premiación se revelarán los vinos ganadores de medallas de plata, oro y gran oro, en una velada que promete reunir a las principales bodegas y referentes del sector vitivinícola nacional.
Para Pellegrina, la Cata San Juan representa un verdadero registro histórico de la vitivinicultura argentina. “Si uno quiere ver cómo evolucionó el vino en nuestro país, tiene que mirar estos 37 años. En 1988 el consumo era distinto: abundaban las damajuanas y los vinos de mesa, y los varietales todavía no irrumpían. Con el tiempo aparecieron los blends, los vinos de autor, los naranjos y los ancestrales. Todo eso forma parte de una evolución que la cata ha acompañado”, explicó.
El presidente del Consejo de Enólogos también resaltó la creciente participación de los denominados vinos de autor, producciones pequeñas e independientes que se destacan por su creatividad y búsqueda de identidad. “Son elaboraciones artesanales, muchas veces hechas en espacios reducidos o en bodegas prestadas. Lo interesante es que estos proyectos suelen apostar a la calidad y rescatan variedades poco tradicionales, como la Bonarda, el Lambrusco o la Ancellotta. Se animan a innovar y eso enriquece mucho el panorama vitivinícola”, señaló.
Más allá del reconocimiento a los productores, Pellegrina subrayó el valor que tiene la cata para el consumidor. “Estos concursos ayudan a visibilizar el vino, a mantenerlo vigente y a orientar al comprador. Cuando una etiqueta tiene un sticker o una puntuación, eso le da una referencia al consumidor, sobre todo al que no es experto. Saber que un jurado cató y calificó ese vino genera confianza”, indicó.
El dirigente también reflexionó sobre el rol de las mujeres en el mundo del vino, tanto en el consumo como en la producción. “Las mujeres son las que más compran vino, son más detallistas al elegir y tienen una gran sensibilidad para la degustación. En los jurados hay muchas sommeliers y enólogas, y su aporte es fundamental. Yo siempre digo que cuando una enóloga detecta algo en la cata, hay que prestarle atención: tienen una percepción muy aguda, especialmente las que también cocinan, porque la memoria olfativa está muy ligada a la gastronomía”, afirmó con humor.
Respecto a cómo reconocer un vino de buena calidad, Pellegrina explicó que hoy el mercado argentino ofrece una gran coherencia entre precio y producto. “Hay muy buenos vinos en todas las franjas de precios. Lo importante es que el vino te agrade, que sea amable en boca y te deje ganas de seguir tomándolo. Al final, la boca es el jurado definitivo”, resumió.
La Cata San Juan 2025 contará con la participación de bodegas de todo el país y con el apoyo del Gobierno provincial, cámaras empresarias y entidades vitivinícolas. La premiación se realizará el jueves 17 de octubre a las 21, en el Salón Gracia, ubicado sobre Ruta 40. Allí se develarán los ganadores de las codiciadas medallas de plata, oro y gran oro, en una noche que promete celebrar no solo la calidad, sino también la historia y la pasión por el vino argentino.