

El presidente del Consejo Profesional de Enólogos de San Juan, Pedro Pelegrina, destacó la continuidad del evento durante 37 años y la evolución de la vitivinicultura local, al tiempo que reflexionó sobre los desafíos actuales de la industria y el consumidor.
San Juan se alista para celebrar la 37ª edición de su tradicional Cata de Vinos, un evento que ha acompañado la historia de la vitivinicultura provincial y nacional desde 1988, incluyendo épocas de pandemia y etapas de gran crecimiento. Según Pedro Pelegrina, presidente del Consejo Profesional de Enólogos de San Juan, mantener la continuidad de la cata durante más de tres décadas es un logro que refleja la colaboración entre productores, técnicos y el gobierno.
“Llevar 37 años ininterrumpidos significa que los objetivos se logran en la medida que se persigan y haya sustento de parte de todos los actores. Eso hace que realmente no deje de hacerse nunca”, afirmó Pelegrina.
La cata, además de evaluar la calidad de los vinos, refleja la evolución de la industria. “En algún momento aparecieron los varietales; hoy vemos vinos naranjos, ancestrales y otras categorías poco intervenidas que están encontrando su consumidor. La enología va progresando y la cata nos permite percibirlo”, explicó. En la actualidad, el 80% de los vinos catados son tintos, el 15% blancos y el 5% rosados, aunque las nuevas tendencias muestran un crecimiento de los vinos ancestrales y naranjos.
El impacto de la cata también se traduce en la comercialización: las bodegas que obtienen medallas de oro o plata pueden colocar stickers en sus botellas, lo que ayuda al consumidor a elegir. Este año, la cita se adelantará al 17 de octubre, para evitar superposiciones con otros eventos y las votaciones. Pelegrina invitó a todas las bodegas y técnicos a participar, agradeciendo a somelliers, ingenieros agrónomos y periodistas especializados, que suelen degustar más de 50 vinos por noche.
Respecto a la situación actual de la industria vitivinícola, Pelegrina advirtió que se encuentra en un período de receso, con poco crecimiento en el consumo, influido por el poder adquisitivo, hábitos de consumo y medidas como la tolerancia cero al alcohol. “Se consume vino principalmente en ocasiones especiales y eventos”, comentó.
A pesar de esto, San Juan mantiene un enorme potencial. “Nuestros valles son muy bendecidos, desde Pedernal hasta Zonda o Ullum. Cada lugar y cada vino es diferente. La calidad no está en duda y esperamos que más marcas se animen a competir en un mercado exigente”, concluyó.
La 37ª Cata de Vinos de San Juan promete así combinar tradición, innovación y una oportunidad para que la provincia siga consolidando su lugar en la vitivinicultura nacional e internacional.