

La Cámara de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York decidirá este martes sobre la orden de la jueza de la Corte del Distrito Sur de Nueva York Loretta Preska que obliga al Estado argentino a entregar el 51% de las acciones de YPF. Además, determinará si mantiene la suspensión, la levanta u ordena al Estado argentino que presente otra garantía.
El 30 de junio pasado, Preska falló en contra Argentina y dispuso que entregue las acciones de YPF a los fondos Burford y Eton Park como forma de pago de la indemnización fijada en u$s16.100 millones más intereses. Frente a esto, la defensa argentina presentó una apelación para frenar la orden y, mientras tanto, el Tribunal concedió una suspensión temporal.
En paralelo, Argentina mantiene dos apelaciones: por un lado, la referida a la sentencia de primera instancia que obliga a pagar la indemnización a Burford Capital y Eton Park; y por otro, el reciente pedido de Preska que exige la entrega del 51% de las acciones de YPF.
Al momento de solicitar la suspensión, la defensa argentina consideró que la magistrada se excedió en su jurisdicción y que no hay posibilidad material de expropiar las acciones. Además de pedir la suspensión de la entrega de acciones, también pidieron que se dicte una suspensión provisoria mientras el Tribunal analiza si otorga una protección formal mayor.
En esa línea, se advirtió que «Preska está invadiendo una jurisdicción» y que no puede «ordenarle algo a un Estado y las acciones son de imposible expropiación, porque están registradas en la Caja de Valores”. También, agregaron que toda decisión relacionada a la expropiación de la petrolera tiene que estar sujeta a la votación del Congreso de la Nación y obtener una mayoría especial de dos tercios. “Esto no es un juicio comercial entre dos empresas, es un caso que involucra a un Estado soberano y su ordenamiento legal interno”, indican en el escrito.
En el texto se advierte que podría haber “consecuencias irreparables si se entregan las acciones de YPF sin que esté definida la cuestión de fondo”.
“No se puede poner al genio de vuelta en la botella”, aseveraron los abogados en el escrito dirigido a la jueza estadounidense y explicaron que si se transfirieran las acciones a los demandantes y luego decidieran venderlo, el daño ya sería irreversible, todavía con la instancia de apelación pendiente.