

Tras una reunión clave del Comité Central, Caselles y Rueda sellaron la reconciliación con un abrazo simbólico. El partido habilitó al presidente Luis Rueda a negociar la conformación de un frente electoral.
La sede central del Partido Bloquista fue escenario de una reunión trascendental del Comité Central de la Convención, que reunió a dirigentes de toda la provincia, referentes históricos y representantes departamentales. El encuentro marcó un giro decisivo hacia la unidad interna, luego de meses de tensiones entre sectores enfrentados.
El momento más significativo de la jornada fue el abrazo entre Graciela Caselles y el presidente del partido, Luis Rueda, un gesto cargado de simbolismo que selló el consenso alcanzado y envió un mensaje claro: el Bloquismo busca consolidarse como una fuerza política activa y con proyección nacional.
Durante el plenario se debatieron los principales desafíos que atraviesa el espacio, con especial foco en el rol que tendrá en las elecciones legislativas nacionales de octubre. El punto más importante del encuentro fue la decisión de facultar a Luis Rueda —diputado provincial y actual presidente del partido— para conducir las negociaciones de cara a la conformación de un frente electoral.
“Nuestro principal objetivo es trazar el rumbo que el Partido Bloquista tomará en las próximas elecciones nacionales”, indicaron desde la conducción partidaria.
En este contexto, se prevé que Rueda mantenga en los próximos días una reunión clave con el gobernador Marcelo Orrego, en un primer paso para definir posibles alianzas o acuerdos que encuadren al partido en el armado nacional.
Este movimiento busca reposicionar al bloquismo como un actor relevante tras un proceso de reconfiguración interna. La participación de representantes de todos los departamentos reforzó la idea de renovación y apertura, destacando la voluntad de construir consensos como base para disputar espacios en la escena política nacional.
La imagen del día fue, sin dudas, el abrazo entre Caselles y Rueda, que simbolizó el cierre de una etapa de desencuentros y el inicio de una hoja de ruta común. Con la bandera de la unidad, el partido se prepara para recuperar protagonismo en el escenario federal.