

Con la tensión con los gobernadores como telón de fondo, el Gobierno sufrió un duro revés en el Senado, que aprobó un aumento de 7,2% para jubilados con 52 votos a favor, 4 abstenciones y 16 ausentes. No hubo votos negativos porque los libertarios, junto con algunos aliados, abandonaron el recinto en rechazo a la validez de la sesión, que se constituyó sin que mediara una convocatoria formal de Victoria Villarruel.
El avance opositor encabezado por Unión por la Patria, contó con el respaldo de legisladores radicales y de Pro; ambos bloques votaron divididos. El resultado es un reflejo de la pulseada de los gobernadores con la Casa Rosada: los que acompañaron finalmente a los libertarios fueron los representantes de Alfredo Cornejo (Mendoza), Leandro Zdero (Chaco) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos). La postura de Ignacio Torres (Chubut) y Hugo Passalacqua (Misiones) fue, en cambio, habilitar el debate pero abstenerse en la votación.
Cuando llegó el turno de tratar la prórroga a la moratoria previsional, la configuración del voto opositor tuvo algunos cambios: de los nueve senadores presentes de la UCR que minutos antes habían acompañado el aumento a jubilados, ocho votaron en contra y Martín Louseau se abstuvo. Lo mismo sucedió con legisladores de Pro, como Luis Juez y Guadalupe Tagliaferri, entre otros.
Las leyes jubilatorias, de acuerdo a la línea del Ejecutivo, atentan contra el equilibrio fiscal, por lo que serán vetadas por el Presidente.
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