

Por Christian Dátola*
Con la macroeconomía acomodándose, muchos de los desafíos de los empresarios PyMEs siguen siendo los mismos de hace muchos años, pero hay uno nuevo que los preocupa más que el resto: la competitividad.
Mientras el Gobierno Nacional celebra el éxito relativo de su plan de estabilización macroeconómico, los empresarios PyME atraviesan hoy una mezcla de sensaciones, algunos con muy buenas expectativas y otros con muchos temores, principalmente por la incertidumbre que todavía prevalece por la caída del consumo, las dificultades que existen en el acceso al crédito productivo y una reforma tributaria que todavía no llega.
En los últimos 8 años, las principales preocupaciones que tenían los empresarios PyMEs estaban vinculadas con la inflación, la falta de previsibilidad y la falta de reglas claras a largo plazo. Este combo, complicaba la proyección de las empresas y el trabajo del día a día. Era prácticamente imposible proyectar una empresa a 5 años con esa coyuntura macroeconómica, a pesar de tener una microeconomía en movimiento que tapaba los dolores que generaba esa inestabilidad.
Con la macroeconomía en vías de ordenarse, a pesar de que muchos empresarios todavía tengan dudas sobre la sostenibilidad del plan económico, muchos de los desafíos que todavía tienen los empresarios siguen siendo los mismos.
La microeconomía no logra despegar. A pesar de la desaceleración inflacionaria y la estabilidad cambiaria, el consumo interno sigue sin dar señales de recuperación fuerte y sostenida. Comercios, industrias y empresas de servicios alertan sobre una demanda estancada que no logra recuperarse. La baja en el poder adquisitivo y el cambio de hábitos de consumo continúan golpeando fuerte al corazón del ecosistema PyME.
Según el último informe de CAME, durante el mes de abril las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas registraron un crecimiento interanual del 3,7% a precios constantes. Sin embargo, en la comparación mensual desestacionalizada se observó una contracción del 1,8%.
El informe asegura que “las ventas se mantuvieron estables o levemente activas, pero con márgenes muy reducidos por el alto costo de servicios, impuestos y alquileres. El bajo poder adquisitivo limitó el consumo, y muchos comercios vendieron sólo lo indispensable”.
Por otro lado, un reciente informe de la Unión Industrial Argentina mostró un alza del 2% interanual, aunque algunos sectores registran caídas y se ven afectados por la competencia de productos del exterior.
“El nivel de actividad industrial en abril se ubica en promedio en los niveles de julio 2024. En esta línea, los datos anticipados del mes indican una recuperación interanual, pero con un desempeño heterogéneo al interior de la industria, si se observa el nivel respecto a años previos”, reflejaba el informe de la UIA entre sus conclusiones.
De esta manera, algunos sectores de la industria y del comercio, se muestran como los sectores más golpeados desde el comienzo de la gestión del presidente Javier Milei.
Por otro lado, ante este escenario, existe una Argentina pujante y con muy buenas expectativas de cara al futuro. La industria del Oil & Gas, de la Minería, del Litio y la Automotriz, registraron números positivos durante el 2024 y lo que va en 2025. También lo hizo el campo, aunque con más dificultades, y la Economía del Conocimiento. Todos estos sectores, están trabajando con fuerza y contundencia.
El Acceso al Financiamiento es complejo y sigue siendo otras de las preocupaciones de los empresarios argentinos.
Si bien durante el año pasado bajaron las tasas y los créditos de los bancos para el sector productivo eran convenientes, hoy la realidad es otra. Las tasas parecieran volver a estar altas, por la baja de la inflación, y los empresarios PyMEs siguen eligiendo financiar sus proyectos con capital propio, en vez de apalancarse con el sector financiero.
Acá, el tema radica en que cuando una PyME no puede acceder a financiamiento de manera simple y eficiente, se empiezan a limitar las posibilidades que tiene para aumentar su producción, para generar empleo y para potenciar sus ventas.
Además, la falta de créditos genera que las empresas inviertan menos en activos fijos o en innovación tecnológica, lo que limita su productividad, su eficiencia y su rentabilidad.
Por otro lado, a pesar de que la tasa de desempleo sigue siendo alta, los empresarios PyMEs no logran encontrar talentos con los niveles de educación y de capacitación necesarios para realizar las tareas más operativas y elementales de la compañía.
La preocupación, ahora, es que no solamente la falta de acceso al crédito limita el crecimiento de las empresas, sino que también lo hace la falta de trabajadores capacitados. Porque el desconocimiento de las herramientas de trabajo, la incapacidad de implementar nuevas tecnologías y la falta de conocimiento en áreas básicas frenan la productividad y la innovación de las empresas.
La reforma tributaria todavía no llega. Si bien el Gobierno Nacional hizo mucho en este aspecto, como por ejemplo quitar las retenciones a las economías regionales, bajar las alícuotas en las retenciones, aunque temporalmente, a productos agropecuarios y, entre otras, aumentar los rangos del monotributo, facilitando la operación en el día a día de los emprendedores.
También intentó impulsar la reforma laboral en la Ley Bases, pero quedó tibia. Y además, propuso puntos muy interesantes en el Pacto de Mayo que no llegó.
Pero la clave de la reforma laboral está en eliminar el impuesto a los débito y créditos, simplificar el sistema tributario nacional y, principalmente, eliminar el impuesto a los ingresos brutos.
En relación con el último punto, el Gobierno Nacional anunció que está preparando el proyecto del Super IVA, algo que ilusiona a los empresarios PyMEs y que inquieta a los Gobernadores.
En este sentido, pareciera que el ministro de Economía, Luis Caputo, junto al secretario PyME de la Nación Marcos Ayerra, están canalizando el pedido de los empresarios PyMEs para bajar la presión fiscal y simplificar el sistema tributario argentino.
¿Cuál es la nueva preocupación de los empresarios?
Hasta acá, nada nuevo. Las mismas preocupaciones de siempre. El nuevo desafío que tienen que enfrentar las PyMEs hoy es la competitividad. A pesar de que hace muchos años los empresarios de todo el mundo hablan de esto, en Argentina los empresarios no tienen la gimnasia para pensar en cómo ser más competitivos, más productivos y, en consecuencia, tener empresas más rentables.
Para mejorar la competitividad de las empresas argentinas hay dos factores. Uno exógeno, que no depende de los empresarios en sí mismo, y que tiene que ver con las políticas públicas a largo plazo.
Sin lugar a duda, para que las empresas argentinas sean más competitivas, el Gobierno Nacional debe emparejar la cancha, tal como lo dijo en el último evento de la Unión Industrial Argentina, Martín Rappalini, actual presidente de la Unión Industrial Argentina.
Para equilibrar la cancha, el Gobierno Nacional le debe al sector PyME una Reforma Tributaria, una Modernización Laboral, estimular el Crédito Productivo y generar Inversiones en Infraestructura y en Energía.
El otro factor para mejorar la competitividad de las empresas es endógeno, que depende 100% de los empresarios. Y las nuevas tecnologías están ayudando a los empresarios a ser más productivos, más eficientes y rentables.
Las PyMEs más competitivas de Argentina, hoy están invirtiendo en herramientas que mejoren la eficiencia operativa como ERP, CRM, sistemas de gestión, automatización de procesos administrativos y hasta inteligencia artificial aplicada al análisis de datos.
Cada inversión que hagan en estas nuevas tecnologías les permite ahorrar tiempo, aumentar la productividad y disminuir los errores.
Además de invertir en nuevas tecnologías y mejorar los procesos internos, las empresas PyMEs también están mirando con lupa cada costo que tiene la compañía, porque ahora que la inflación se desaceleró, ya no pueden trasladar a precio sus ineficiencias. Bajar los costos productivos, negociar mejor con los proveedores y optimizar el rendimiento del equipo de trabajo es clave para que las empresas logren mayores márgenes de rentabilidad.
Para que Argentina pueda salir adelante y volver a ser un país pujante, necesita más y mejores Pymes, que generan más y mejor empleo, que den perspectiva de futuro y motiven a los ciudadanos a tener una mejor educación y una mejor calidad de vida.
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· Fundador del Congreso Nacional Pyme, fundador y CEO de Somos Pymes. conductor de PyMEs por Radio La Red (AM910), subeditor PyME en A24.com, socio de ExpoPymes. Emprendedor de alma y apasionado de los medios de comunicación.