

Una delegación peruana de alto nivel, compuesta por cerca de 50 expertos del sector minero y encabezada por el director general de Promoción y Sostenibilidad Minera del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), el Dr. Walter Sánchez, se encuentra lista para participar en la convención Arminera 2025 en Buenos Aires. El evento, que se desarrollará del 20 al 22 de mayo, representa más que una vitrina para el conocimiento técnico peruano: es también una señal del creciente interés del país en el resurgimiento del sector minero argentino y en cómo este podría transformar el equilibrio regional, incluida la retención de talento especializado.
La presencia peruana en esta cumbre ocurre en un momento clave. Argentina, tradicionalmente rezagada en minería frente a Perú, está experimentando un giro drástico con el impulso del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), promovido por el gobierno de Javier Milei. El país ha empezado a captar capitales mineros con una cartera proyectada de más de 5.300 millones de dólares, y se ha trazado como meta convertirse en uno de los principales destinos sudamericanos para la inversión minera. Este avance, sin embargo, no es solo económico. También se perfila como una atracción para profesionales peruanos, quienes enfrentan hoy una desaceleración de oportunidades laborales en su país.
José Antonio La Rosa, director de la consultora Supera e integrante de la comitiva, alertó sobre este cambio de escenario. “Argentina está emergiendo como un competidor formidable, no solo por capital, sino por talento. Este auge va a absorber conocimiento técnico y proveedores peruanos que hoy atienden a proyectos locales”, afirmó. La Rosa explicó que muchos ingenieros, técnicos y empresas de servicios mineros del Perú ya están observando con atención las posibilidades que se abren al otro lado de los Andes, en un contexto donde el país ha dejado de ser, al menos por ahora, el único eje minero dominante de Sudamérica.
Evitar una fuga de talento. Según La Rosa, el nuevo entorno exige repensar la cultura organizacional y no limitar la retención de profesionales a incentivos económicos. “Las mineras en el Perú necesitan revisar sus estrategias de gestión interna y adaptarse rápidamente. La competencia por el talento ya no es solo nacional, es regional”, sostuvo.
Argentina, sin una tradición minera robusta, está logrando lo impensado: atraer la atención —y potencialmente el capital humano— de uno de los países más experimentados de la región.