Cada 1 de febrero se conmemora a todos aquellos trabajadores que son parte del proceso del vino, para que llegue a la mesa de cada argentino. A los que trabajan en la vid, en la siembra, la poda, la cosecha, se suman enólogos, cosechadores, sommeliers, operarios de bodega, etc.
Su tarea es clave para el crecimiento de la industria vitivinícola y la calidad de los vinos.
El vino es la bebida nacional en nuestro país. El Día Nacional del Trabajador Vitivinícola se instauro el 1 de febrero de 1991 cuando en el departamento San Rafael, Mendoza, se firmó el acta acuerdo para establecer formalmente la celebración y darle un día feriado a las personas que dan todo su trabajo en producir los mejores vinos.
Su tarea es clave para el crecimiento de la industria vitivinícola y la calidad de los vinos. La vitivinicultura genera más de 106.000 puestos de trabajo directos y 280.000 indirectos. Tal es así, que el complejo vitivinícola es una de las 10 principales cadenas exportadoras del país.
Hace 20 años la superficie cultivada con vides en el territorio argentino la concentraban Mendoza y San Juan. Hoy, la vitivinicultura argentina se extiende en 19 provincias, casi la totalidad del territorio nacional.