La Asociación de Viñateros Independientes de San Juan realizó un análisis de las principales medidas tomadas por el Gobierno nacional que motivan, en palabras textuales, a “una incertidumbre sobre el futuro de la actividad e inseguridad de tener precios rentables para la uva de la próxima cosecha”.
Los puntos más sobresalientes del informe
Se desreguló más la actividad vitivinícola. Esto se expresa en la resolución tomada por el Instituto Nacional de Vitivinicultura de liberar al consumo los vinos nuevos de uva fina a los 45 días de ingresada la uva a la bodega. Esto significa que los primeros vinos finos pueden ser fraccionados a partir del mes de marzo del próximo año en lugar del 1 de junio como estaba anteriormente fijado.
Se ampliaron las variedades de uva que pueden ser consideradas finas y que antes eran comunes, como la uva criolla, permitiendo que también se libere al consumo el vino producido antes del 1 de junio.
Se puso en vigencia la resolución de la época de Menem que permite reducir el alcohol del vino hasta limite cero, aduciendo una supuesta demanda del mercado por vinos de menor graduación o sin alcohol. De esta forma se hará incontrolable el posible estiramiento ya que habrá innumerables vinos en el mercado con graduación alcohólica distinta. Hasta esta última cosecha y durante prácticamente toda la historia vitivinícola, se establecía un grado alcohólico promedio para San Juan, Mendoza y las otras provincias vitivinícolas en función del grado alcohólico del muestreo de todos los vinos obtenidos.
Si por circunstancias fortuitas llegase a faltar vino a granel y con ello un incremento en el precio del vino del productor, ahí entonces aparece la libertad de importar vino ya que asumido este nuevo gobierno eliminó el mecanismo de las licencias no automáticas que obligaba al posible importador a demostrar que el vino requerido no estaba disponible en el mercado local.
En esta última cosecha, que finalizó en abril del 2024, algunos productores que tienen bodegas propias prefirieron no elaborar vino y vender su producción a un establecimiento de mayor envergadura por los altos costos de energía e insumos, por un lado, y por otro lado, por la inseguridad de obtener mejores precios por el vino obtenido dado que se desconocía qué política aplicaría al sector el nuevo gobierno. Los productores que optaron por parar la propia bodega y vender la uva perdieron menos que aquellos que elaboraron su propia producción o lo hicieron a maquila, ya que con las medidas tomadas por el gobierno y la caída del consumo, se planchó el precio del vino de traslado.
El anterior gobierno había conseguido los fondos de 50 millones de dólares para todo el sector vitivinícola en favor del mejoramiento de todo el sector, el llamado “PROVIAR 2”, a través del BID, que iban a ser entregados a pequeños productores para el mejoramiento de sus viñedos y estructuras de riego. Este gobierno anuló por completo este incentivo sin reintegro para cientos de productores que tenían ya sus carpetas presentadas y aprobadas.
El jefe de gabinete de ministros anunció ante el Congreso que tampoco habrá recursos para combatir una plaga que se introdujo desde Chile llamada Lobesia Botrana, combate que oportunamente fue financiado, en buena parte, con el apoyo del anterior gobierno nacional y que ahora parcialmente asumió el gobierno de la provincia de San Juan. Es probable que esta plaga se desarrolle aún más ya que como es conocido, nuestro sector está totalmente desfinanciado y no cuenta con los recursos para efectuar los tratamientos que se requieren.
El incremento del 7% en las exportaciones de vino y del más del 100% en las exportaciones de jugo de uva concentrado no sirvieron para revertir la situación del productor que había elaborado a maquila.
La esperanza que tenemos los productores viñateros de obtener un valor rentable es que haya una cosecha muy reducida y un incremento importante en el consumo del mercado interno y de las exportaciones que sería la única forma de que las grandes corporaciones que manejan la comercialización, tengan que disputarse entre ellos la materia prima.
Todas estas medidas conducen a que los productores viñateros se encuentren en un panorama de total incertidumbre para la próxima cosecha que se inicia a fines de diciembre.
La Asociación de Viñateros Independientes de San Juan aseguró que va a solicitar al Gobierno provincial que “desde ahora trabajemos en lograr una concertación de precios rentables para todos los sectores que intervienen en la cadena vitivinícola comenzando por el precio de la uva del viñatero”, finaliza.