Desde este jueves, aquellos que visiten el Museo Franklin Rawson se encontrarán con la nueva propuesta perteneciente al segundo bloque expositivo del año, con cuatro importantes proyectos artísticos que reúnen un panorama federal del arte. En cada una de las salas y el foyer, los visitantes se encontrarán con obras que van desde las acciones modernas hasta la tradición histórica.
El foyer exhibirá las “Apariciones – Indicio de lo invisible”, un proyecto en donde se conjugan las técnicas de textilería, joyería y esculturas. Se trata de la exaltación del gesto, la búsqueda sensible en el detalle de la forma individual y la poética del discurso indivisible. Expositores: Graciela Pérez, Ivana Goya, Gabriela Riveros, Valentina Fojo, Federico Levato, Guadalupe Aguiar, Miriam Pérez, Alba Sánchez. Adscripta: Cecilia Fernández.
La Sala 1 pone a disposición de los amantes del arte una muestra con más de 30 pinturas cuya autoría corresponde a los artistas que integran el grupo “Mito Real”, un grupo que orientó su trabajo al lenguaje pictórico atravesado por mitos y leyendas sudamericanas. A más de 30 años de la gestación de la reconocida asociación, Enrique Collar (Paraguay), Carlos Gómez Centurión (San Juan) y Víctor Quiroga (Tucumán), renovaron los enfrentamientos entre vanguardia y tradición desde la construcción de un imaginario regional.
En la Sala 2, el museo ofrecerá la muestra “Arriba en la cima”, que reúne el trabajo de siete artistas, donde se exhiben unas 20 piezas entre pinturas y esculturas. Los artistas buscaron mediante diferentes técnicas que el visitante pueda adentrarse en la montaña y comprender la conjunción y el punto de encuentro entre la humanidad y la intemperie.
Los artistas Juan Pablo Marturano, Max Gómez Canle, YuYYu Puleston, Carlos Gómez Centurión, Lula Mari, Ana Benedetti, Mariana Sissia son los encargados de transportar a la inmensidad de la naturaleza a los invitados.
El recorrido artístico cierra con “Marín Ibáñez, pintor de territorios” en la Sala 3. Se trata de una muestra con más de 50 pinturas y algunos objetos del artista, que representan un rescate histórico- patrimonial de su producción, junto con la colaboración de colecciones particulares y familiares del pintor y escultor.
El artista español llegó a San Juan en la segunda década del siglo XX y rápidamente logró plasmar su admiración por el paisaje local, siendo distinguido como un colorista con marcada sensibilidad, que le permitió la transmutabilidad de fragmentos de la geografía sanjuanina en sus lienzos.