Cada 8 de marzo se conmemora el “Día Internacional de la Mujer,” dedicado a ponderar las conquistas de las mujeres y a buscar la igualdad de género.
En esta línea, el Índice Global de Brecha de Género anual del Foro Económico Mundial mide la paridad entre mujeres y hombres en cuatro áreas: empoderamiento político, participación y oportunidades económicas, educación y salud y supervivencia.
La región de América Latina, ha mostrado una mejora importante en la dimensión de la participación política, marcada por un aumento en la cantidad de mujeres que irrumpen en el escenario político ocupando cargos públicos.
San Juan, fue pionera en nombrar a una diputada provincial en 1934, Emar Acosta, que se convirtió en la primera mujer elegida para un cargo electivo en América Latina.
Luego de 90 años, la provincia sigue marcando el rumbo hacia la paridad de género; así se puede contabilizar que el 67.8% de funcionarios en el actual Ministerio de Familia y Desarrollo Humano son mujeres.
Con cargos directivos en su mayoría, llevan adelante 14 de las 16 direcciones, 2 de 3 subdirecciones y 2 de 3 subsecretarías, en un total de 28 funcionarios de la estructura organizativa del ministerio 19 son mujeres.
La lectura de estos datos, permite hablar de que, la Ley de Paridad de Género en los Ámbitos de Representación Política, comienza a mostrar avances hacia esa paridad y conduce a pensar en la quiebra del conocido “techo de cristal” en los cargos públicos de la administración pública nacional.
Según el citado Índice Global sobre la Brecha de Género 2023, harán falta unos 131 años más, para lograr la paridad de género en el mundo, lo que significa que queda por delante un arduo trabajo para avanzar promoviendo la participación y el liderazgo político en los distintos sectores de la sociedad.
Es una realidad probada, que el papel que ejerce la mujer en la política va por encima de las controversias partidarias para sostener luchas superiores como son trabajar por la igualdad de género, la eliminación de toda clase de violencia hacia mujeres y niñas, la protección de la infancia, el cuidado de las personas mayores, entre otros derechos humanos.
La paridad de género debe consolidarse en la Argentina, para lo cual se debe fortalecer y fomentar la capacitación en liderazgo político y brindar las herramientas necesarias para que los cargos que se ocupen sean sostenidos en vistas de un futuro mejor con mayores oportunidades para todos.