La provincia no tuvo un rol protagónico en 1810 pero se sumó completamente al proceso revolucionario.
Domingo Faustino Sarmiento nació en San Juan el 15 de febrero de 1811. En sus escritos ponderó que nació nueve meses después del 25 de Mayo de 1810.
San Juan no tuvo un papel importante en el Día de la Patria, cuenta el historiador local Francisco Ceballos, pero la situación revolucionaria fue totalmente disruptiva. De hecho, se nota en las Actas de Cabildo: San Juan tomó la decisión de adherir a la Junta de Mayo en Buenos Aires el 7 de julio; primero, porque estaban esperando la decisión de Córdoba y de Mendoza y, por otro lado, porque había una división muy grande entre los que querían seguir manteniendo la fidelidad del Rey y los que pretendían iniciar este camino revolucionario, que eran los menos. Inevitablemente se impuso esta decisión acompañando a Mendoza, que presentaba la mayoría de Cuyo, más que por una decisión aceptada por la mayoría dentro del Cabildo local. Tardíamente, San Juan se sumó completamente al proceso revolucionario.
Por eso, se afirma que la Revolución fue eminentemente porteña, gracias al puerto, ya que se desarrollaba a partir de ideales que no solamente se habían forjado en América, sino que venían de textos y diarios de Europa.
Lamentablemente, San Juan tuvo una movilidad social muy escasa en ese periodo. Recién experimentó cambios significativos en la segunda mitad del Siglo XIX con la llegada de la inmigración. Lo que sí cambió con la Revolución de Mayo fue la administración del Gobierno: San Juan formaba parte de la Gobernación de las Intendencias y dependía de la Capital del Virreinato. Allí se crearon Juntas subalternas en las provincias que adhirieron a la Revolución. Después los Triunviratos van a ir transformando esta situación. El Segundo Triunvirato creó la Gobernación de Cuyo, que es donde se lo termina nombrando a San Martín. Por ese lado, sí hay una reconfiguración política y, en lo económico, la situación se mantuvo hasta mediados del Siglo XIX, sobre todo el aislamiento de San Juan y la economía de subsistencia.
En la época de la colonia, la Iglesia representó el lugar de formación y la enseñanza era de memoria, a fuerza de repeticiones.
Sarmiento recibió una educación hogareña en medio de estos procesos históricos. Luego, gracias a sus ilustrados parientes Domingo y José de Oro, logró entrar a la Escuela de la Patria. Más tarde, tras perder una beca para estudiar en el Colegio de Ciencias Morales de Buenos Aires al que concurrió Alberdi, se legitimó como un autodidacta.
Con su vivencia y aprendizaje en diversos países y su recorrido por el periodismo, rápidamente entendió que la política del conocimiento debía ser partera de una sociedad del conocimiento.
Así fue que una visita a Estados Unidos lo instó a pensar formas capaces de conjugar la libertad y la igualdad con la ciencia y la educación.
El resto es historia, pero vale reconocer que este controvertido prócer fue quien mejor comprendió que el porvenir de la patria se gesta en las aulas y con los/as niños/as.
Fuente: Prensa SECCOM-UNSJ