En un emotivo acto, se realizó el encendido de la eterna Llama Votiva
En la tarde de este lunes 15 de enero, el Gobierno de San Juan realizó un emotivo acto para homenajear a las víctimas del terremoto de 1944 en San Juan.
El gobernador Marcelo Orrego presidió la ceremonia que se realizó en la intersección de calle Paula Albarracín de Sarmiento y Av Libertador General San Martín, donde está la eterna Llama Votiva, que volvió a encenderse después de dos años.
Acompañaron al primer mandatario provincial el ministro de Turismo, Cultura y Deporte, Guido Romero; el ministro de Desarrollo Humano, Carlos Platero; el secretario de Seguridad y Orden Público, Gustavo Sánchez; la intendenta de Capital, Susana Laciar, el exgobernador, Jorge Escobar; el exintendente de Capital, Alfredo Avelín Nollén, la diputada nacional, Nancy Picón y demás autoridades provinciales.
Al llegar el gobernador Marcelo Orrego hizo referencia a su participación en la muestra del terremoto del año 1944 y dijo que “lo que sucedió en ese momento, el dolor de tantas personas y lo que dejó esta tragedia que fue más del 80% de la estructura edilicia de la provincia en escombros nos hace repensar que si algo tenemos los sanjuaninos es que sabemos reconstruirnos, ese temple que tenemos que nos da la puja de que cuando nos caemos tenemos que levantarnos”.
Y agregó que “siempre tenemos que estar unidos sobre todo en esos momentos que fueron muy difíciles, en este caso con una catástrofe natural pero también cuando hay crisis financieras y económicas porque lo único que nos va a hacer salir adelante es nuestra fortaleza”.
El acto, comenzó con el encendido de la Llama Votiva, un minuto de silencio por las víctimas del terremoto y una emotiva ceremonia religiosa que estuvo a cargo de Fray Rafael Cónsulo.
Es importante mencionar que el monumento de la Llama Votiva en memoria de las víctimas del terremoto de 1944 como así la capilla en Entronización a la Virgen de Santa Bárbara es una obra realizada íntegramente por personal del Servicio Penitenciario y personas privadas de la libertad.
Fue solicitada por el entonces gobernador de San Juan, Alfredo Avelín, quien eligió la ubicación estratégica en la cual se emplaza hasta la actualidad.
La esfera simboliza a San Juan y los brazos representan la manifestación de la memoria eterna del pueblo ante sus compatriotas fallecidos.
Cabe destacar que toda la mano de obra fue de personas privadas de la libertad, quienes adquirieron habilidades de construcción en los talleres de Laborterapia, que corresponden con el tratamiento penitenciario reglamentario por la Ley.
Quedó formalmente inaugurada el 16 de mayo de 2002 y desde entonces ha formado parte del paisaje de todos los sanjuaninos que transitan a diario en esta intersección icónica.