La oficina de la ONU para los Derechos Humanos advirtió este viernes que cualquier restricción de libertades en Ecuador debe atenerse a los “principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad y no discriminación”, de manera que las medidas de emergencia dictadas por el presidente Daniel Noboa se “limiten” a contener la escalada de violencia de grupos criminales.
Así lo advirtió la vocera del organismo, Liz Throssell, quien aseguró que Naciones Unidas está siguiendo “de cerca” la situación y está al tanto de los “enormes desafíos” que enfrenta el país en materia de seguridad, informó la agencia de noticias Europa Press.
El martes, Noboa decretó que las más de 20 bandas criminales que operan en el país son “terroristas” y que Ecuador enfrenta un “conflicto armado interno”, lo que le permitió movilizar a la totalidad de las fuerzas armadas para combatirlas.
“Los poderes concedidos a las Fuerzas Armadas para tareas de seguridad pública deben ser excepcionales, limitados en el tiempo y quedar subordinados a autoridades civiles”, advirtió Throssell, en un mensaje en el que instó a las autoridades a circunscribir cualquier actuación al derecho internacional.
“Esto también es crucial para mantener la confianza de la población y la cohesión social”, agregó.
En este sentido, la vocera señaló que el respeto a “los derechos humanos debe estar en el centro de todas las políticas para hacer frente a la violencia” y que también deben atajarse las causas que subyacen al problema tras el repunte más reciente de inseguridad.
Además, Throssell dijo que espera que las investigaciones abiertas por la Fiscalía sobre los últimos incidentes se desarrollen de manera “rápida, transparente, completa e independiente”.
En los últimos días, al menos 14 personas fueron asesinadas y unas 178 secuestradas en siete cárceles.
El agravamiento del cuadro empezó el domingo, cuando uno de los capos narco más temidos, Adolfo Macías, alias Fito, jefe de la principal banda criminal del país, Los Choneros, desapareció de su prisión en Guayaquil. A ello le siguió una arremetida violenta, con motines en las cárceles, policías secuestrados, ataques con explosivos y vehículos incendiados.
Al menos 14 personas fueron asesinadas y unas 178 secuestradas en siete cárceles
Al día siguiente se escapó también Fabricio Colón Pico, líder de Los Lobos, quien el jueves prometió entregarse si Noboa garantizaba su vida.
El jueves, el Gobierno mantenía la dura ofensiva militar sobre las más de 20 bandas criminales presentes en el país y parecía recuperar cierta calma en las calles, pero no conseguía pacificar las cárceles, al punto que el número de secuestrados en los penales aumentó.
Aunque la actividad se reanudó parcialmente en las principales ciudades, muchos comercios se mantenían cerrados, el transporte público circulaba con menor frecuencia de la habitual, universidades y escuelas daban clases de manera virtual y primaba el teletrabajo.
En medio de la revuelta, el Gobierno presentó el jueves el diseño que tendrán los nuevos penales que van a construir, algo que ya había sido anunciado y que responde al modelo de El Salvador del presidente Nayib Bukele, cuya política de seguridad para combatir a las pandillas fue elogiada por Noboa en algunas entrevistas.