Comenzó en la Facultad de Ciencias Sociales el 9º Encuentro de Investigadores/as. El principal conferencista defendió el papel estatal en las investigaciones.
Antes del inicio formal del Encuentro de Investigadores e investigadoras, su principal conferencista dialogó con Prensa Institucional de la UNSJ. Es Mario Pecheny, doctor en Ciencias Políticas, investigador principal, vicepresidente de Asuntos Científicos y representante del Área de Ciencias Sociales y Humanas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). El científico dijo para Prensa UNSJ: “Para cualquier tema que sea de intervención de política pública, los proveedores de evidencias somos quienes hacemos ciencias sociales”.
El 9° Encuentro de Investigadores e investigadoras en Ciencias Sociales de la Región Centro Oeste (InReCO) y el 6° Binacional con la IV Región de la República de Chile, que lleva el lema “Trayectorias, desafío y agendas de investigación desde las ciencias sociales”, inauguró en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) con las palabras de la vicerrectora de la UNSJ, Analía Ponce; del decano de la FACSO, Marcelo Lucero, y de la directora del Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (IISE) de esa Facultad, Griselda Henríquez. El IISE, que en febrero próximo cumplirá 50 años de vida, es el instituto encargado de la organización del InRECO, que cuenta con la visita de personal de investigación de Chile.
Mario Pecheny ofreció la conferencia titulada “¡A investigar que se acaba el mundo! Las ciencias sociales y las urgencias sociales a 40 años de democracia”.
-Con lo agitado que el mundo parece estar social, política y ambientalmente, nunca un título más atinado…
-Fue pensado hace como dos meses, o sea, fue antes de las PASO. Los problemas que tenemos, sociales, políticos, se pueden encarar de dos maneras: en base a la intuición de quien gobierna, a sus prejuicios o a sus experiencias, o con la política basada en evidencias.
-Y en la evidencia está lo de ustedes: la ciencia…
-Para cualquier tema que sea de intervención de política pública, los proveedores de evidencias somos quienes hacemos ciencias sociales, ya sea en salud, en pobreza, en violencia de género, el tema que fuere. Hay quienes investigan y pueden aportar datos para ver un poco cómo es la situación y cómo van avanzando las políticas, los impactos que tienen.
-El subdirector del IISE, Víctor Algañaraz, hace poco en una entrevista resaltaba la necesidad de las ciencias sociales, ¿hace falta todavía hacer eso en este país?
-Pareciera que sí. Lo único que uno puede pensar si queremos mejorar, por ejemplo, el transporte o cualquier aspecto de cómo se produce para comer, por qué llega o no llega la comida que se produce, todas estas cosas son las que estudiamos en las ciencias sociales. Entonces es un aporte que, si no se usa, no se sabe cómo es la situación, dónde hay que intervenir o en qué sentido, y después tampoco sabemos cómo nos está yendo con las políticas, si no contamos con datos, con investigaciones. Y las investigaciones son datos numéricos que parecen más duros, pero también están los datos blandos que son, por ejemplo, lo que hacen las antropólogas y antropólogos que forman parte de comunidades, tratan de reconstruir las narrativas, lo que la gente dice. Como yo digo siempre, la gente es la más experta en su propia vida. Entonces preguntémosles a las personas. Uno puede decir ‘tengo una política de salud genial’, pero después las personas no van a la institución, o van y tienen que esperar muchísimo. Eso lo vamos a saber entrevistando y estando con las personas.
-¿Qué piensa usted que ocurriría con el CONICET en caso de ser privatizado?
-Eso no va a pasar porque es un sinsentido. En ningún país del mundo que quiere tener política científica, un organismo así está manos privadas. No por una demonización de lo privado, sino porque los privados, por su propia naturaleza, lo que quieren es tener rentabilidad. Si uno le va a pedir a una empresa que haga algo cuyos beneficios incluso son hipotéticos -porque la ciencia avanza de esa manera- porque se está buscando pistas, algo que a veces resulta y a veces no, para dentro de 20 o de 50 años… Ninguna empresa hace eso o tiene que ser una que tenga mucha espalda, como un laboratorio internacional de primerísima envergadura.
-Y también, claro, en investigaciones pueden tocarse intereses…
-Quiero decir ejemplos claros: si queremos estudiar los efectos nocivos del tabaco, no lo va a financiar la tabacalera, lo va a financiar el Estado; si queremos estudiar una enfermedad como la del mal de Chagas, que afecta a personas pobres de América del Sur, no lo van a financiar los laboratorios. Todas las cosas que estudiamos las financia el Estado y no va a haber ciencia aplicada si no hay ciencia básica, y esto aplica a las ciencias sociales y a las ciencias duras.
-Pero la inversión privada también se hace necesaria, ¿verdad?
-Las ciencias llevan tiempo, llevan mucho dinero y la inversión privada es necesaria. Es un déficit de este país que no se comprometan más otros actores en financiar el desarrollo científico y tecnológico.
Y el CONICET además financia la formación de recursos humanos…
-Así es, no sólo financia investigación, sino que financia la formación en investigación. CONICET tiene algo así como 12 mil becarias y becarios de doctorado y de postdoctorado, que no son otra cosa que estudiantes de la universidad que están haciendo el estadio mayor de formación que tiene el sistema universitario en el mundo, que es el doctorado y el postdoctorado. O sea, el CONICET está financiando eso en la Argentina, y sin financiamiento para los doctorados, no los habrá, y si no hay doctorados no va a haber gente con la mayor capacitación. Entonces, en definitiva, es pegarse un tiro en las piernas y por eso creo que decir que se privatizará o cerrará el CONICET es más bien un exabrupto porque nadie seriamente puede sostener eso.
Fuente: Prensa SECCOM-UNSJ